El ajedrez cubano de este siglo ha estado protagonizado, principalmente, por dos jugadores: Leinier Domínguez y Lázaro Bruzón. Sin embargo, ya ninguno de los dos representa a Cuba en competencias oficiales. Bruzón fue el último en dejar oficialmente la Federación Cubana de Ajedrez y desde el pasado 27 de junio puede representar a su nueva federación, la de los Estados Unidos. Desde diciembre de 2019, Leinier también representa a la nación norteamericano y es subcampeón nacional de ese país. Un campeonato nacional de los Estados Unidos donde, de 12 contendientes, 5 representaron previamente a otra federación nacional.

La transferencia de deportistas entre federaciones nacionales no es un fenómeno reciente y no siempre obedece, aunque pueda ser la motivación predominante, a intereses económicos. Tampoco es algo característico del ajedrez, afecta casi a todos los deportes y es fácil encontrar ejemplos notables.

En el caso del ajedrez, los transfers, que se rigen por la sección B.04 del Handbook de la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE), se han ido incrementando en el tiempo. Según datos de la FIDE, en el año 2000 ocurrieron 6 cambios, mientras que en el 2019 fueron al menos 117. En lo transcurrido de 2020, ya suman 37 incluyendo a 3 cubanos.

Los cambios de bandera han involucrado a todo tipo de jugadores, desde aquellos con una carrera poco notable hasta estrellas de la historia del ajedrez. Alexander Alekhine nació en Rusia y recibió la nacionalidad francesa en 1927 mientras disputaba el título mundial que consiguió frente a José Raúl Capablanca en Argentina. Otro campeón mundial, Boris Spassky, que fue titular entre 1969-1972 bajo los colores de la URSS, se convirtió en ciudadano francés en 1978 y en 2012 retornó a Rusia

Más recientemente, entre los primeros del ranking mundial por su ELO en vivo se pueden encontrar varios ajedrecistas que han cambiado de federación. Estrellas del ajedrez actual como Fabiano Caruana, Levon Aronian, Wesley So o Anish Giri, entre otros, en algún momento de sus carreras representaron a un país diferente del actual.

Por otra parte, los países que más ajedrecistas han perdido de sus filas suelen ser aquellos con historia y tradición ajedrecística. Por ello no es raro que la nación que más pérdidas haya tenido sea Rusia, como tampoco extraña que los Estados Unidos constituya el principal destino de los jugadores que cambian de federación siendo la nación con mayor saldo positivo. Tras Rusia y Ucrania, Cuba es el tercer país con mayor balance negativo, dado por los 37 deportistas que abandonaron la federación antillana entre 2000 y 2020.

Los movimientos más comunes entre las transferencias hablan de cómo son multiples las razones para los cambios de Federaciones. Por ejempo, el cambio más común es que ajedrecistas inicialmente bajo la federación francesa pasen a competir con la de Mónaco. Este último es fronterizo con Francia y ambas naciones poseen relaciones muy estrechas. Un caso análogo es el de España y Andorra.

Otro de los cambios más comunes son aquellos que se dan entre naciones actuales que resultaron del desmembramiento de un país que hoy no existe. En estos casos están Serbia y Bosnia y Herzegovina que formaban parte de la antigua Yugoslavia; Ucrania y Rusia que integraban la URSS; o Eslovaquia y la República Checa que conformaban previamente Checoslovaquia.

Por otra parte, también entre los cambios más frecuentes están Alemania y los Estados Unidos; naciones desarrolladas y económicamente poderosas que sirven como destino de jugadores provenientes de Rusia, Ucrania, la India y Cuba. Estos países cuentan con tradición ajedrecística, al punto que todos han tenido al menos un campeón mundial de ajedrez en sus filas.

Estados Unidos no es el único destino de los jugadores cubanos: España y México le siguen en una lista que llega hasta 10 países. En total, entre 2000 y 2020, y sin contar a aquellos que jugando bajo la FIDE recalaron en otras naciones, 37 cubanos abandonaron la federación nacional. La mayoría de ellos, 30, son hombres y 34 tienen títulos FIDE, incluyendo a 15 Grandes Meaestros (GM) y 2 Grandes Maestras Femeninas (WGM).

Todos estos cambios no han tenido igual repercusión. Ante las transferencias de Leinier y Bruzón hacia la Federación de los Estados Unidos, la cubana emitió declaraciones (I,II) condenando el asunto. Sin embargo, ante otros cambios hacia países menos notorios no se tiene conocimiento de notas públicas refiriéndose al tema, quizás porque es díficil hablar de robo de atletas cuando estos deciden representar a Cabo Verde o a Paraguay, o tal vez porque cuando no los ajedrecistas no son de élite sus transferencias no tienen la misma repercusión entre los federativos antillanos.

No obstante, estas transferencias han provocado cambios importantes en el panorama del ajedrez nacional, sobre todo en el escenario masculino, que se aprecian al analizar los campeonatos cubanos de las últimas tres décadas. En ese período 18 de los 29 campeonatos absolutos tuvieron entre los ganadores a jugadores que ya no compiten por la Isla, por 3 de las 30 ediciones femeninas. En total, 14 hombres y 12 mujeres se repartieron los primados nacionales y de ellos 6 representantes masculinos y 2 femeninas no mueven los trebejos por Cuba.

Estos 8 ajedrecistas no solo resultaron campeones nacionales, sino que también conformaron equipos cubanos en distintas competencias. Otros integrantes de esos equipos tampoco compiten hoy por la mayor de las Antillas.

Cuando se revisan los equipos nacionales a las últimas 14 Olimpiadas mundiales en las que Cuba participó, solo los de la última edición -incluyendo a hombres y mujeres-, Batumi 2018, son los que aún no sufren de la pérdida por transferencia de federación de alguno de sus representantes. Pero ello pudiera cambiar en el futuro próximo.

La situación de los equipos masculinos resalta. De las 14 equipos masculinos que Cuba presentó en las Olimpiadas de 1990 a la fecha, sin incluir la de Manila 1992 a la que no se asistió, en 13 de ellos al menos un integrante ya no juega por la federación local.

El caso más crítico es el de la formación que nos representó en Khanty-Mansiysk. En aquella ocasión el equipo estuvo integrado por Leinier Dominguez, Lázaro Bruzón, Yuniesky Quesada, Fidel Corrales y Holden Hernández, quienes actualmente representan a la Federación de los Estados Unidos.

Lo notorio es que también los resultados de los equipos nacionales se resienten. En Batumi 2018, el equipo masculino obtuvo la posición 61, que es la peor ubicación de la Isla en las Olimpiadas Mundiales de Ajedrez. Y si nos guiamos por el ranking mundial por equipos, donde se dominaba en Latinoamérica, Cuba hoy -julio de 2020- se ubica en la posición 33 superados por Argentina (20), Perú (27) y Brasil (29).

La dinámica de transferencias entre federaciones en el ajedrez no parece que vaya a cambiar en el futuro inmediato. Los jugadores, aún los más talentosos, cambiarán de equipo por distintas razones. Cuba, con tradición ajedrecística reconocida, seguirá insertada, probablemente con protagonismo, dentro de ese fenómeno.

Los federativos y directivos del ajedrez y el deporte cubano deberían plantearse una estrategia práctica para enfrentar este asunto. Ello debería tener un enfoque basado en una realidad deportiva, migratoria, económica y social que no tiene nada que ver con la de años atrás. La mala noticia es que esto no parece que ocurrirá pronto. La reciente disputa, sin considerar quien tiene la razón, con el joven GM Roberto García Pantoja es un vívido ejemplo de ello.

Entonces, si no se reacciona pronto, no será nada extraño que varios del equipo que nos representará en la Olimpiada Mundial Online que comienza el día 22 de julio, con talentososo ajedrecistas como Carlos Daniel Albornoz e Ineymig Hernández, no compitan por Cuba en el futuro.