Nombre | Año |
No fue Wayde van Niekerk, no fue Isaac Makwala, fue Ramil Guliyev quien conquistó, inesperadamente, el título de los 200 metros planos en Londres. Relevó en lo alto del podio a Usain Bolt quien, en su despedida de los mundiales de atletismo, no se presentó en la especialidad. Guliyev celebró su triunfo con dos banderas: al cuello la de la nación que le vió nacer, entre sus manos la del país por el que compite.
Ramil ganó la medalla de oro para Turquía. Los otomanos solo consiguieron otra medalla más: Yasmani Copello, cubano de nacimiento, hoy turco, obtuvo el subtítulo del los 400 metros con vallas. Azerbaiyán, el país de origen de Ramil Guliyev, nunca ha ganado una medalla en los mundiales de atletismo.
La XVI edición del Campeonato Mundial de Atletismo, Londres 2017, concluyó el pasado 13 de agosto. En esa cita 43 países alcanzaron, al menos, un metal bronceado; 6 de estas naciones obtuvieron algunas de sus medallas con deportistas nacionalizados. En total, los nacionalizados alcanzaron al menos 7 medallas (2 de oro, 1 de plata, 4 de bronce). Turquía y Baréin obtuvieron todas sus medallas con atletas importados que compitieron bajo sus respectivas federaciones nacionales.
La nacionalización de atletas sigue siendo un problema para el deporte. En el atletismo, la IAAF, ente rector del campo y pista, ha decidido enfrentar el asunto.
En febrero pasado, el Consejo de la IAAF, a partir de una propuesta del presidente del organismo, Sebastian Coe, decidió congelar cualquier nuevo trámite de autorización a atletas para competir por una federación diferente a la anterior con que competían (en inglés, transfers of allegiance). Para ello se revocaron, con efecto inmediato, las reglas de competición 5.2(b), 5.4(d) y 5.4(e), que permitían y regulaban que los atletas pudieran competir representando a nuevos países a partir de obtener la nacionalidad de estos o poseer doble nacionalidad.
Coe comentó al respecto:
Ha quedado claro, a partir de las múltiples transferencias de atletas, especialmente de África, que las actuales normas ya no son aptas para su propósito. El atletismo, que en sus niveles más altos de competición es un deporte de campeonato basado en equipos nacionales, es particularmente vulnerable en este aspecto. Además, las reglas actuales no ofrecen las protecciones necesarias a los atletas individuales implicados y están abiertas al abuso.
En cifras de los últimos 20 años de transferencias reportadas por la IAAF, África ha sido el continente más afectado por la pérdida de atletas por cambios de nacionalidad, seguido de Europa y la región de Norte, Centroamérica y el Caribe. Mientras tanto, Europa es el principal receptor de atletas nacionalizados, llegando a acaparar casi el 57% de todas las transferencias, incluyendo las que ocurren entre naciones del viejo continente.
El fenómeno de los transfers of allegiance no es cosa de pocos países. Las nacionalizaciones de atletas han involucrado, en un sentido u otro, a 144 de las federaciones que pertenecen o han pertenecido a la IAAF. De ellas, 66 han estado tanto recibiendo como perdiendo atletas, 33 solo han recibido y 45 son las que solo cuentan pérdidas.
Estados Unidos, a nadie sorprende, es el país que más atletas ha agregado a sus filas, con 67. En el tope de la lista de los países con mayor número de adquisiciones de atletas se encuentran, en la mayoría de los casos, naciones con gran poder económico. Algunos de estos países, con gran tradición atlética, como los Estados Unidos, Francia o Rusia, podrían sustentar sus resultados competitivos sin la necesidad de importar atletas. Otras naciones no.
Sin embargo, y de manera llamativa, no es un país africano el que más atletas ha transferido a otras federaciones nacionales. El país que más atletas ha perdido es Estados Unidos, con 97. También, en la lista de países con más pérdidas de atletas, resulta extraña la presencia de Gran Bretaña y Francia. Más evidente es que en el listado se encuentren Kenya, Etiopía, Marruecos, Nigeria y Cuba.
Mayor claridad sobre la afectación de la nacionalización ofrece la diferencia entre atletas aquiridos y atletas perdidos. Así, con un balance negativo más acentuado, por orden -exceptuando el caso de los Estados Unidos-, están Kenya, Marruecos, Etiopía, Cuba y Ucrania.
Ranking | País | No. de Pérdidas |
1 | Estados Unidos | 97 |
2 | Kenya | 67 |
3 | Etiopía | 55 |
4 | Marruecos | 36 |
5 | Gran Bretaña | 34 |
6 | Cuba | 30 |
6 | Ucrania | 30 |
8 | Francia | 23 |
8 | Rusia | 23 |
10 | Nigeria | 18 |
La principal causa de los transfers of allegiance es económica. Los incentivos monetarios que ofrecen determinados países, y también mejores condiciones de preparación, son el mayor estímulo para que los deportistas adopten nuevas "patrias" en el atletismo.
Esta práctica, incluso, cambia las configuraciones de los medalleros de los grandes eventos mundiales y la percepción de las potencialidades deportivas de varios países. Baréin ha ganado todas sus medallas en campeonatos mundiales al aire libre con atletas nacionalizados. Qatar, a excepción de las ganadas en salto alto por Mutaz Essa Barshim, también tiene como medallistas a atletas nacidos fuera de sus fronteras. Turquía ganó todas sus medallas del recién concluido mundial y también del pasado campeonato europeo de atletismo, donde fue cuarta en el medallero, con deportistas importados.
Sin embargo, no es la compra de atletas la única causa para la adopción, por los atletas, de nuevos equipos nacionales, porque ¿cómo se justificaría que los Estados Unidos sea el país que más atletas ha perdido en los últimos 20 años? ¿Cómo es posible que Francia y Gran Bretaña, a su vez grandes importadores, pierdan tantos deportistas?
Las razones de este fenómeno pueden ser varias. Las historias personales de los atletas, sus países de origen, o los de sus ancestros, parecen ser una causa importante para cambiar de nacionalidad competitiva. Este tema puede ilustrarse con los 24 movimientos de atletas desde Europa hacia África, que fueron realizados desde solo 3 países -Portugal, Gran Bretaña y Francia- y, en la mayoría de los casos, los países receptores fueron antiguas colonias de estas naciones. O, en otro ejemplo, que el movimiento de atletas de Gran Bretaña hacia Irlanda, sea el 6to más común.
Ranking | País de Origen | País de Destino | No. de cambios |
1 | Kenia | Baréin | 20 |
2 | Kenia | Estados Unidos | 19 |
3 | Etiopía | Baréin | 17 |
3 | Marruecos | Francia | 17 |
5 | Estados Unidos | Nigeria | 16 |
6 | Cuba | España | 15 |
6 | Gran Bretaña | Irlanda | 15 |
8 | Estados Unidos | Canadá | 12 |
8 | Ucrania | Rusia | 12 |
10 | Kenia | Turquía | 9 |
De igual modo, deportistas relevantes en el ocaso de sus carreras podrían adoptar un nuevo país y así extender su trayectoria en eventos con representaciones nacionales. Merlene Ottey, una de las grandes figuras del atletismo de todos los tiempos, ganó con Jamaica 9 medallas olímpicas, 14 medallas en mundiales de atletismo al aire libre y 6 en mundiales bajo techo. En el 2002, con 42 años, comenzó a competir por Eslovenia y su calidad todavía le alcanzó para conseguir un bronce en los 60 metros planos en el campeonato mundial bajo techo de Birminghan en el 2003. Ninguna otra jamaicana estuvo en ese podio.
Otro motivo, aunque parece manifestarse en menor medida, tiene que ver con las relaciones personales. Los matrimonios entre personas de diferentes nacionalidades provocan que un miembro de la pareja establezca su residencia en otro país diferente al suyo. Cuando el involucrado es un atleta resulta muchas veces, con el paso del tiempo, en un transfer of allegiance.
Lilliana Allen, recordista cubana de los 100 metros planos, contrajo matrimonio con un entrenador méxicano y se radicó en México, compitiendo por este país a partir de 1998. Donald Sanford, corredor estadounidense de 400m, se casó con la jugadora de baloncesto israelí Danielle Dekell y se nacionalizó israelí en 2010. Desde 2012 compite por Israel. Si bien en estos casos hubo cambios de nacionalidad, no siempre ocurre así. Los Eaton, Ashton y Brianne, figuras estelares de las competencias múltiples en el atletismo, se casaron en el 2013 y, hasta el retiro prematuro de ambos, luego de Río 2016, ella siempre representó a Canadá y él a los Estados Unidos.
Igualmente, son pocos los casos de múltiples cambios de nacionalidad por un mismo deportista. Lo más común es que un atleta cambie a competir a un país y luego, al paso del tiempo, retorne a su país de origen. Jerôme Romain, triple saltador, compitió por Dominica, a partir de 1999 compitió por Francia y en 2008 se puso nuevamente bajo la bandera de Dominica. Olivia Ekpone, de padre nigeriano y madre estadounidense, compitió hasta el 2015 por los Estados Unidos, en 2016 compitió por Nigeria y en el 2017 está de vuelta para competir por los Estados Unidos. Quizás el ejemplo más celebre de competir bajo múltiples nacionalidades es el de la cubana Yamilé Aldama, quien fue una de las protagonistas del triple salto femenino por más de una década representando a tres países: Cuba, Sudán y Gran Bretaña.
Las condiciones y regulaciones en los distintos países son también un detonante para que los atletas tomen la decisión para competir bajo otra bandera. Miguel Francis, nació en Monserrat, y residió en Antigua y Barbuda desde los 5 años, compitiendo por esta bandera haste el 2015, sin embargo, siendo ciudadano de un territorio británico de ultramar (Monserrat) desde el 2017 compite por el Gran Bretaña. Similares son los casos de Shara Proctor y Zharnel Hughes, nacidos en Anguila, o de Delanno Williams, nacido en Islas Turcas y Caicos. Ni Monserrat, ni Anguila, ni Islas Turcas y Caicos tienen comités olímpicos nacionales.
Por otra parte, Cuba, una de las naciones más afectadas en el atletismo por el robo y la pérdida de atletas, al punto que en los últimos 20 años atletas cubanos han ganado para otras naciones 11 medallas en los eventos más importantes del atletismo (olimpiadas y mundiales bajo techo y al aire libre), aún no contempla, según expresó Yipsi Moreno, metodóloga de la comisión nacional de atletismo, la participación en eventos internacionales oficiales de atletas cubanos residentes en el exterior.
Richer Pérez, campeón panamericano de maratón en el 2015 y participante cubano en la olimpiada de Río, poseia la marca clasificatoria para Londres 2017 pero no fue seleccionado para participar por Cuba. Pérez reside en México a donde se trasladó por motivos familiares. No sería extraño verlo correr por otra nación en el futuro.
El cambio de nacionalidades en el atletismo es un asunto que no solo compete al ente rector del atletismo; las asociaciones y federaciones nacionales también deben jugar un papel esencial. Proveer las condiciones esenciales que, según las posibilidades de cada país, requieren los atletas, acompasar sus reglamentos a un mundo global y conectado que permita a los deportistas residir en cualquier lugar y competir bajo su nación de origen a partir de un conjunto de pautas coherentes previamente establecidas y establecer mecanismos para la solución de conflictos entre atletas y federaciones, son pasos que debe acometer cada nación.
La IAAF tiene una ardua labor por delante para dar una propuesta de solución a una problemática que es compleja y multifactorial. El grupo de trabajo que fue creado para estudiar el asunto y que estará dirigido por Hiroshi Yokokawa, miembro del consejo de la IAAF, deberá proponer nuevas pautas para determinar cómo se manejan las patrias en el atletismo antes de que termine este año. A partir de 2018, las tablas de medallas nos dirán que pasó.