El proceso del Ordenamiento Monetario y Cambiario en Cuba será una realidad a partir del próximo primero de enero. Esto fue anunciado en una breve intervención, televisada en cadena nacional, por el Presidente de la República, Miguel Díaz Canel, acompañado presencialmente del Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Raúl Castro Ruz.

Así, desde el primer instante del 2021, regirá en la Isla una tasa de cambio única de 24 CUP (pesos cubanos) por un dólar y la circulación del CUC cesará en un periodo de 180 días. Sin embargo, con la existencia y la ampliación de las tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), aún no se puede hablar de unificación monetaria.

Este proceso no consiste solo en la unificación cambiaria sino que es una modificación mayor que involucra un gran conjunto de medidas: transformaciones salariales, eliminación de subsidios y gratuidades, cambios de tarifas y precios, reajustes fiscales, entre otras. El conjunto de esas medidas se ha publicado en varias Ediciones Extraordinarios de la Gaceta Oficial de la República de Cuba ( 68, 69, 70, 71, 72, 73, 74, 75, 76 )

Todo estos cambios han suscitado un gran número de comentarios, críticas y preocupaciones. Dentro del grupo de medidas, destaca sobremanera, por el volumen de cuestionamientos, el aumento que sufrirá la tarificación de la electricidad (Gaceta Extraordinaria 68 Anexo I).

La nueva tarificación eléctrica aumenta considerablemente y se mantiene con una escala incremental por tramos de consumo. En el tramo de menor costo, el gasto por consumo eléctrico en un mes se incrementó, respecto a la tarifa anterior, 4.44 veces hasta llegar a 5 veces a partir de un consumo igual o superior a los 2347 kWh. Estos incrementos deberían ser asumidos, supuestamente, por los incrementos salariales, sin embargo, no pocos salarios sufrieron incrementos inferiores al número de veces que aumenta el costo mensual de la electricidad.

La mayoría de los hogares en el país mantendrá un subsidio al pago que realizan por energía eléctrica. Este tipo de subsidio no es único de Cuba, sino que es también una práctica, a distintos niveles, en otros países.

Si se tiene en cuenta que el costo de generación en Cuba de un kWh, bajo la nueva tasa de cambio, es de 3.61 CUP, ello significa que todo aquel hogar con consumo superior a los 414 kWh no estará recibiendo subsidio alguno al pago. Por tanto, como mínimo, y según la distribución actual de consumo residencial de la Unión eléctrica (UNE), el 89.2% de los clientes de la UNE recibirán algún tipo de subsidio.

Sin embargo, esto también significa que hasta el 10.8% del sector residencial podría pagar la electricidad a un precio superior al costo de generación. De esta manera, a modo de ejemplo, los clientes que tienen un consumo mensual de entre 500 y 1000 kWh estarían pagando de media por kWh entre 4.54 y 7.29 CUP, o sea entre un 26% y 101% por encima del costo de generación. Ello, teniendo la UNE cerca de 4 millones de clientes, involucraría a alrededor de 116 mil hogares, lo que no es un número pequeño.

Otro problema con las tarifas para los tramos de mayor consumo es que esto no necesariamente afecta solo a los hogares con un gran consumo eléctrico. Muchos trabajadores no estatales son grandes consumidores de electricidad.

Con este aumento en las tarifas superiores se incrementarán considerablemente sus gastos en energía eléctrica, aun cuando varíen las disposiciones fiscales y se pueda deducir por costos, esto hará que el valor de un servicio o producto sea mayor y, por tanto, para tener ganancias deberán aumentar los precios de estos. Pensado en ello, se ha dispuesto como medida de control un límite de hasta 3 veces a este posible aumento. Sin embargo, los costos de operación pueden aumentar en más de esa proporción y de este modo pueden dejar de ser rentables. Entonces, ya sea por aumento de precio o por el cierre de negocios privados tendremos todos una afectación.

Otro elemento a tener en cuenta es cuán diferente es el costo de la electricidad con respecto a otras naciones. Ahora, con la existencia de una tasa cambiaria única es más sencillo hacer esa comparación.

Según GlobalPetrolPrices.com, en marzo de 2020 el precio medio de la electricidad en el sector residencial en el mundo era de 0.142 USD por kWh. En Cuba el consumo medio de electricidad en lo que va de año es 185 kWh, lo que con las nuevas tarifas daría un promedio de 0.037 USD por kWh. En el 2019 el promedio mensual en la Isla fue de 191 kWh para 0.039 USD por kWh. Estos precios son inferiores a la media mundial.

De hecho, todo consumo inferior a los 397 kWh mensual sería inferior al costo medio por kWh tomado como referencia. Mientras que los 414 kWh de consumo, que es cuando a partir de las tarifas nuevas se comienza a superar el precio de producción de la energía eléctrica en el país, equivale a una media de 0.150 por kWh.

Tomando como referencia un consumo medio mensual de 185 kWh, Cuba estaría ubicada en el lugar 16 de un listado de 144 países ordenados ascendentemente según el precio medio por kWh, acorde a los datos de GlobalPetrolPrices.com. No obstante, según las nuevas tarifas, un incremento en el consumo medio por hogar en Cuba, que no es descabellado que ocurra en tanto mejoren las condiciones de vida en el país, podría provocar ubicaciones diferentes respecto a ese ordenamiento.

Por ejemplo, un consumo medio de 350 kWh que se pagaría a 0.109 por kWh se ubicaría en una posición 59. Por otra parte un consumo de 1392 kWh o más, que sería un consumo elevado, lo ubicaría al final del listado de países por detrás de Alemania, que presenta un precio medio por kWh hora de 0.393 USD.

Asimismo, es interesante ver el consumo medio mensual de la Isla en referencia a otras naciones. Para ello, a partir de diferentes fuentes, se tomaron datos de consumo de electricidad por hogar en el 2017 de varios países europeos, así como de Estados Unidos y Costa Rica en el 2019. En total se analizaron 30 países además de Cuba.

Cuba es uno de los de menor consumo mensual, ocupando el 5to lugar del listado. Los cuatro países con menor consumo son ex repúblicas socialistas. Costa Rica, el otro país latinoamericano analizado, con un clima similar al de la Isla, es 7ma con un consumo medio mensual de 232 kWh.

Es de notar que en un rango de consumo entre 221 y 385 kWh se ubican el 66.6% de los países analizados (20 de 30). Ello podría indicar que este es el rango de consumo medio hacia el que deberían moverse los hogares cubanos y, en ese sentido, las tarifas deberían considerarlo. Hoy, bajo las nuevas tarifas, en el rango de 221 y 385 kWh se pagarían, respectivamente, entre 255.50 y 1232.50 CUP (10.65 y 51.35 USD).

Entre estos 31 países Cuba es, por diferencia, el que menos paga por su consumo medio de manera total. Serían apenas 6.93 USD. Incluso, si un hogar cubano tuviera el consumo medio de cada una de estas naciones y las personas lo pagaran según las nuevas tarifas, abonaría menos dinero que el 86.6% de los países analizados (26 de 30).

Los cuatro países a los cuales Cuba superaría en gastos si tuviera el mismo consumo medio son precisamente aquellos que más consumen y que, coincidentemente, son también los que más gastan. Incluso, las diferencias entre el gasto del país y el que tuviera un hogar nacional para ese consumo son significativas. Ello nuevamente alerta de una tarifa excesiva para los tramos de consumo más altos.

El gasto total que se realice mensualmente en cada país no es suficiente para determinar como incide realmente el costo de la electricidad en la economía familiar. Para ello es necesario conocer que porciento representa ese gasto en la economía del hogar.

En una casa suelen convivir varias personas y, por tanto, pueden haber varios ingresos para sustentar los gastos del hogar. No obstante, si uno toma como referencia los ingresos de una persona con respecto a un determinado gasto ello puede dar una medida relativa de cómo incide ese gasto respecto al total de ingresos.

Una práctica común para este tipo de cuestiones es tomar como referencia el ingreso promedio per cápita en años previos. Sin embargo, para el caso de Cuba, que a partir del próximo enero cambiará de manera sustancial los salarios y pensiones en todo el país, no tiene ningún sentido tomar como el referente el salario medio del año previo, 879, cuando el menor ingreso que se tendrá a partir del año próximo será de 1528 (la pensión mínima).

Para tener un referente de salario, entonces, se tomó un salario bruto de 4810 CUP, que se corresponde con el Grupo de Complejidad XVIII para 44 horas semanales, esto en un rango de 32 posibles valores que van desde el salario mínimo de 2100 hasta 9510 CUP. Este salario es el que devengará, sin otros incrementos, por ejemplo, un profesor instructor, un estomatólogo residente, un bailarín del ballet de la Televisión Cubana, o un entrenador, entre otros.

Pero para los valores porcentuales no se tomará este valor del salario bruto pues este no es el ingreso que llega finalmente al bolsillo del trabajador. Primero se debe descontar la Contribución Especial a la Seguridad Social (5%) y el Impuesto sobre los Ingresos Personales (3% del exceso de 3260 hasta 9510), luego de esto la persona recibe finalmente 4523 CUP.

Para este ingreso, el gasto que se tiene para el consumo medio mensual de electricidad, 185 kWh, representa el 3.68%. Este mismo gasto por consumo, para el ingreso tras impuestos que se percibe por un salario mínimo, 1995 CUP, representa el 8.33%. Para el ingreso final tras impuestos y sin otro incremento del mayor Grupo de Complejidad (XXXII), que es 8847 CUP, el consumo medio representa el 1.88%.

Para comparar este porciento respecto a otros países se estimó el ingreso medio per cápita de los mismos 30 países sobre los cuales se obtuvo la información del consumo eléctrico mensual. En todos los casos, los datos se refieren a datos del 2019.

Comparado con estos países, 3.68% que representa el gasto (166.25 CUP) del consumo medio de electricidad en el hogar (185 kWh) respecto al ingreso personal que se tomó como referencia media (4523 CUP), ubica a Cuba en el lugar 25 en un listado ascendente de 31 países.

En este caso, aunque la Isla se ubica en la parte trasera del listado, las diferencias porcentuales entre los que le anteceden no parecen tan grandes. Sin embargo, lo que si llama la atención es cómo puede variar el porcentaje de gasto en electricidad en Cuba respecto al salario de referencia ante incrementos del consumo de electricidad en el hogar.

Por ejemplo, un incremento de 30 kWh sobre el consumo medio haría que el por ciento respecto al salario subiera hasta 5.25% y en ese caso Cuba sería penúltimo en el listado de porcentaje por país presentado. Si se sube hasta 230 kWh, que serían otros 15 kWh más, ya la Isla sería la última del listado con un 6.25%. Mientras que con un consumo de 278 kWh ya se estaría hablando del 10% del salario de referencia.

El pequeño conjunto de análisis realizados muestra que la nueva tarificación de electricidad, que estará vigente con el Proceso de Ordenamiento Monetario y Cambiario que entra en práctica a partir del primero de enero próximo, muestra valores elevados para tramos de consumos en los que todavía es afectado un número significativo de hogares cubanos y puede impactar negativamente en un segmento de los trabajadores no estatales.

Del mismo modo, a partir de los 414 kWh, que no es un consumo excesivamente grande, ya no existe subsidio al pago de la electricidad, y el gasto puede crecer hasta varias veces el costo de producción.

También, la tarificación no tiene en cuenta que ante incrementos razonables del consumo medio de energía eléctrica en el hogar existen cambios sustanciales en el precio medio que se pagaría por kWh y, por tanto, en el gasto final que incurre la familia. Asimismo, la relación entre el gasto por electricidad y un posible salario medio no es de las mejores del mundo. Esta relación, además, se deteriora rápido ante incrementos no necesariamente altos del consumo medio en el sector residencial.

Todo ello nos alerta de la necesidad de una revisión más profunda de la nueva tarificación de la electricidad así como su relación con los ingresos que tendrán las personas a partir de la nueva política salarial.