Lima 2019 ya es una realidad. Muchos de los mejores atletas del continente americano compiten en la capital peruana por la primacía regional. Cuba, habitual protagonista de los Juegos Panamericanos, se enfrenta a esta edición con un escenario desacostumbrado. Por primera vez, la aspiración no será ocupar el segundo lugar en el medallero.

El cuarto lugar en el medallero de los Panamericanos de Toronto 2015 y el resultado en la Olimpiada de Río 2016, donde el número de medallas fue inferior al de Montreal 1976, fueron muestras del retroceso en el deporte cubano. El segundo lugar en la cita Centroamericana de Barranquilla 2018 fue una evidencia ineludible para aquellos que aún se resistían a creer en el declive deportivo antillano.

Ante esta nueva realidad, a la que se suma el crecimiento deportivo de otras naciones de la región, predecir el resultado de Cuba en Lima ya no es un ejercicio tan sencillo como lo era.

Las predicciones son habituales en los deportes, aún cuando estas no siempre terminan siendo certeras. Existen atletas, equipos o delegaciones que sorprenden, ya sea de manera positiva o negativa, y esto basta para dar al traste con cualquier pronóstico.

Hasta antes de Toronto 2015, teniendo en cuenta cualquier posible sorpresa, la predicción para Cuba en Panamericanos era una sola: el segundo lugar del medallero. A lo largo de estos 68 años de Juegos Panamericanos, Cuba obtuvo en diez ocasiones el segundo lugar en el certamen, solo antecedido por los Estados Unidos. Este puesto, además, lo mantuvo de manera ininterrumpida desde 1971 hasta 2011, con excepción del primer puesto obtenido en los Juegos del año 1991, cuando la capital de la Isla fue sede.

Por eso, fue sorprendente para muchos el cuarto lugar alcanzado en 2015. Cuba, con 97 medallas, quedó detrás de los Estados Unidos, Canadá —que organizó los Juegos— y Brasil. Era también la primera vez, desde 1971, en que no se alcanzaban siquiera las 100 preseas en total.

Por eso, que Cuba recupere el segundo lugar histórico es bien difícil. Sin embargo, pronosticar que escale al tercer lugar, que mantenga el cuarto lugar de Toronto 2015 o que, incluso, dolorosamente, descienda a un quinto o sexto lugar es complicado, pero correremos el riesgo.

Para realizar el pronóstico, una alternativa es predecir los posibles resultados de cada uno de los eventos convocados. En Lima 2019, se premiarán 419 eventos en 39 deportes, donde participarán más de 5500 deportistas. Con estas cifras es complicado realizar el pronóstico evento por evento.

Otra posibilidad era utilizar el desempeño, en tipo y número de medallas, de cada país a lo largo de la historia de los Juegos y con esto, utilizando el comportamiento reciente de las distintas naciones, predecir la cantidad de medallas de cada color que pueda alcanzar cada una. De esta forma, se tendría el resultado por medallas y, por tanto, el lugar que ocuparía cada país en el medallero. Esta fue la idea que seguimos para desarrollar nuestro pronóstico.

Con esta idea buscamos países dignos de analizar por su desempeño reciente y por otras cuestiones que, a la hora de predecir, son importantes. Este grupo de naciones son las llamadas a encabezar el medallero de Lima 2019. En este grupo, obviamente, incluimos a Cuba así como a los Estados Unidos, que es el líder histórico de los Juegos.

A ellos se añaden Canadá y México, habituales vecinos de Cuba en el medallero, y que cada año se hacen más fuertes. Canadá ocupó la segunda posición en la pasada edición de los Panamericanos, aunque en este resultado debe haber influido el factor de que era la sede. México, por su parte, el año pasado desbancó a Cuba de su primer lugar habitual en las lides de Centroamérica y del Caribe.

Otro incluido fue Brasil. Esta nación fue sede en 2016 de los últimos Juegos Olímpicos, por lo que ganó un impulso importante en su movimiento deportivo. Además, en la tabla de posiciones de la última cita panamericana, aventajó a Cuba.

También se incorporó a Colombia que viene de organizar la XXIII Edición de los Juegos Centroamericanos y del Caribe que se efectuaron en Barranquilla entre julio y agosto de 2018. Los cafeteros son una de las naciones con mayor crecimiento deportivo en Latinoamérica.

Otro países analizados fueron Argentina, Chile, Ecuador, Guatemala, Jamaica, República Dominicana y Venezuela, todos con lugares interesantes en los medalleros de los dos últimos Juegos Panamericanos. Perú, como nación sede, está llamada a obtener una actuación histórica para ella. Sin embargo, a lo largo de los años, sus resultados en los Juegos no han sido sobresalientes y su participación ha sido modesta. Por esta razón, es bien difícil realizar una predicción medianamente acertada de sus posibles resultados y no lo incluimos en nuestra predicción. No obstante, no nos soprenderá si desbanca en el medallero a cualquiera de los países seleccionados.

Para realizar la predicción utilizamos un método basado en Regresión Múltiple. Se valoraron distintos métodos de regresión y se identificaron aquellos dos que menor error de predicción tuvieran en base a los resultados de los Panamericanos anteriores. Estos dos métodos tenían como característica que, generalmente, en los datos, uno predecía valores por encima y el otro por debajo. Para establecer una compensación se tomó como predicción final el valor medio de la predicción de ambos métodos por separado.

De esta manera, tratamos de inferir una función que permita predecir la cantidad de medallas que alcanzará cada país en un Juego particular en base a las medallas (de oro, plata y bronce) que alcanzó en las tres ediciones previas. Teniendo los resultados de todos los Panamericanos anteriores se obtuvieron tres funciones diferentes, una para cada tipo de medalla, por cada uno de los países analizados. En base a estas funciones, Cuba obtendría 31 medallas de Oro, 21 de Plata y 30 de Bronce ocupando el quinto lugar del medallero.

Otra idea para realizar un pronóstico con una metodología similar, es no solo utilizar información de los Panamericanos sino también la de otras lides multideportivas. Esta información podría ser otra señal para determinar con mejor precisión las distintas predicciones.

Sin dudas, los Juegos Olímpicos son la competición más relevante del orbe, y en esta cita tiene un nivel de exigencia más alto que el resto, pues en ella compiten la mayoría de los países del mundo. Además, las lides olímpicas ocurren al año siguiente de las citas panamericanas y pueden mostrar, en un evento de calidad superior, la evolución del deporte de los países de América.

Otra alternativa es utilizar los resultados de los Juegos Centroamericanos y del Caribe. Estos eventos, como ventaja, usualmente se desarrollan el año previo a que se efectúan los Panamericanos y son un indicador interesante para el desempeño de los distintos países. Por otra parte, no todas las naciones analizadas intervienen en estos juegos. Asimismo, Cuba no ha participado en dos de las ediciones recientes de los centroamericanos por lo que sería necesario una estrategia para sustituir estos valores lo que afectaría la inferencia en valores actuales. Por esto se decidió no utilizar estos resultados.

Entonces, realizamos una nueva inferencia de los resultados para cada uno de los países. En esta ocasión, se tomaba para predecir el valor de la cantidad de medallas de un tipo en una edición las distintas medallas alcanzadas tanto en los tres Panamericanos como en las tres Olimpiadas previas. Así se obtuvieron tres nuevas funciones, una por cada tipo de medalla, para cada nación. En base a esta nueva predicción Cuba obtendría 29 medallas de Oro, 21 de Plata y 29 de Bronce y seguiría ocupando el quinto lugar en el medallero.

De manera general, ambas predicciones coinciden en el ordenamiento de la tabla de medallas. El modelo que utiliza conjuntamente los resultados de los Panamericanos y las Olimpiadas, tiene una tendencia a predecir un menor número de medallas de oro para todos los países. Asimismo, las dos predicciones poseen una tendencia a pronosticar para cada país un elevado número de medallas de Bronce. Aquí el caso más notable es Argentina que habiendo obtenido 31 medallas de Bronce en Toronto 2015, ahora se predice un aumento de 16 y 15 medallas respectivamente.

La visualización de las curvas de predicción proyectadas solamente respecto al total de medallas por cada tipo permite valorar las carencias o posibilidades de cada modelo diferente para cada país.

En el caso de Cuba, ambas predicciones coinciden en el quinto lugar en el medallero, una disminución de un lugar respecto a los Juegos previos. Del mismo modo, es coindicidente que se disminuye el número en todas las medallas. Ello es el un reflejo del patrón descente en los resultados de Cuba tanto en Juegos Panamericanos como en citas Olímpicas.

Incluso, las ausencias tan notables y desafortundas como las de Manrique Larduet o la de Marlies Mejías, ganadores de varias medallas en la edición previa, parecen coincidir con este pronóstico. Aún así, nos queda la esperanza de que nuestros algoritmos se equivoquen totalmente y que Cuba gane muchas más medallas.

Lo que si no deseamos es que, sin importar el lugar o el número de medallas que alcance nuestro país, no se piense el modo en que funciona y se gestiona el movimiento deportivo cubano y su proyección en el deporte de alto rendimiento. Si esto no se hace ya se corre el riesgo de perder a corto plazo el lugar de privilegio que ocupa Cuba en el escenario deportivo mundial.